SANARSE ES ANTE TODO COMPRENDERSE

Sanarse es ante todo comprenderse: este libro ha sido escrito para aquellas personas que, pase lo que pase, siempre mantienen la responsabilidad sobre sí mismas.
Ocurra lo que ocurra, sin excepción, el responsable absolutamente soy yo y dejo de culpar a los demás.
Si caigo enfermo, yo soy el creador de mi enfermedad.

Sanarse es ante todo comprenderse. cuando soy feliz, yo me lo he trabajado. Cuando siento tristeza en mi vida, yo soy el responsable.

Si disfruto de un estado de salud, yo me lo he ganado. Nada ni nadie puede ponerme enfermo ni tampoco hacerme feliz, excepto yo mismo. Cada uno recoge exclusivamente lo que él mismo ha sembrado.
Tomar conciencia de ello es lo más importante para el ser humano, pues indica el inicio de la transformación y el comienzo de una nueva vida.
Por supuesto que lo que aquí expreso puede resultar incómodo para muchas personas que utilizan la enfermedad a modo de coartada para eludir responsabilidades, para reclamar atención, para manipular o buscar lástima en su entorno.
O para aquellas otras, con tendencias materialistas que piensan que las enfermedades son todas productos de hechos fortuitos y cuyas causas siempre proceden del exterior.
De una mala alimentación, de factores climáticos, de un sistema inmunológico débil, o de una comida en mal estado, etc.

Quiero dejar claro que yo sólo hablo del plano esencial de la enfermedad y de ningún modo esto excluye una atención médica adecuada y un tratamiento sintomático en aquellos casos urgentes que lo requieran.

¡Estoy convencido de que la medicina científica puede salvar vidas, pero no curar!
Por ejemplo, ante un infarto agudo de miocardio o ante una fuerte hemorragia, no podemos estar dudando entre atender al enfermo de urgencia en un hospital o explicarle la causa metafísica.

Es decir, hacerle entender la conducta interna errónea que ha ocasionado este síntoma.
Lo más importante en esos momentos es tratar de salvarle la vida al paciente porque sino luego la explicación no serviría de nada.
Como tampoco serviría de mucho operarle sin, posteriormente, hacerle tomar conciencia de su problema interno.
El enfermo no recobrará su estado de salud porque haya sido intervenido quirúrgicamente y haya salvado la vida.

Si no comprende la causa de su malestar y no cambia su conducta mental negativa, el síntoma volverá a aparecer. 

A veces incluso, con más virulencia o se trasladará a otro órgano o a otra parte de su cuerpo.
Por suerte, tenemos que reconocer, que entre los innumerables síntomas que puede padecer una persona, sólo un porcentaje escaso son los que requieren unas medidas funcionales con tanta urgencia.
En otros síntomas más leves como la diarrea o el estreñimiento podemos estar combatiéndolos continuamente por medio de medicamentos, dietas, etc.
Pero, la verdad es que éstos síntomas no desaparecerán y además de forma definitiva, hasta que no tomemos conciencia y comprendamos el problema de fondo.

Sanarse es ante todo comprenderse, curarnos es hacernos conscientes de la parte de la sombra que el síntoma encierra y asumirla para estar completos.

Mi experiencia así me lo ha demostrado. Y es lo que quiero trasmitir en este libro para aquellas personas que estén dispuestas a asumir la responsabilidad de su curación y quieran utilizarlo como guía.

Para superar la enfermedad hemos de COMPRENDER el mensaje de los síntomas, porque CURARSE es, ante todo COMPRENDERSE.

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