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Las paperas conocidas también como parotiditis suelen afectar generalmente a los niños.
Aunque también pueden padecerlas los adultos que aún conservan abiertas algunas heridas de su infancia.
La saliva es símbolo de dulzura y de amor.
Los animales lamen a sus cachorros manifestándoles así su amor; al mismo tiempo, también suelen utilizar la saliva para curar sus heridas.
Del mismo modo, puede ser utilizada para herir, para expresar rechazo o desprecio.
La persona que desarrolla paperas, de alguna manera, se ha sentido “escupido” psicológicamente por alguien que le reprocha su forma de ser o que le ignora.
¡Cállate, no hagas más preguntas y come!
“Quisiera que las cosas tuvieran sentido, quisiera incorporar alguna cosa, pero en vez de eso aguanto”.
En ocasiones las paperas son como una reacción de insatisfacción y de ira hacia el padre o la madre.
En su interior, el afectado, reprime su deseo de “escupir” a esa persona y la tensión acumulada en él provoca la inflación de las glándulas.
Conflicto de separación del bocado. Sentirse despreciado por no poder conseguir el bocado.
Sentirse separado de ese alimento (en tonalidad alimentaria o simbólica) que tanto deseamos.
Por ejemplo: niño al que amenazan con enviar a un internado (separándole de sus amigos).
Se trata de un conflicto digestivo que si persiste puede afectar al páncreas e incluso algunos hombres llegan a resentir en los testículos por sentirse castrados.
Recomendaciones para recuperar la salud física, emocional y espiritual:
Es necesario enseñar al niño a expresar y a afrontar los conflictos que se presentan en la vida, a defenderse, para desarrollar su autoestima y su propio poder.
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Imagen: infobae.com