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La conjuntivitis es una inflamación de la conjuntiva, la membrana que tapiza la cara posterior del párpado y la superficie anterior del ojo.
Los síntomas que se manifiestan son los siguientes: dificultad para abrir los ojos al despertar, ya que las pestañas se pegan a causa de una secreción; hinchazón de los párpados y enrojecimiento e hinchazón del ojo.
¿Qué sentido biológico tiene este síntoma?
Se ha producido una ulceración de la conjuntiva en la fase activa de un conflicto de “no querer ver lo que pasa” y en fase de reparación se produce una inflamación para recuperar el tejido perdido en la fase anterior.
La conjuntivitis aparece tras un conflicto de separación por no tener cerca (al alcance de la vista) a una persona amada, alguien que necesitamos, que nos inspira confianza, para afrontar determinadas situaciones que estamos viviendo.
La ausencia de esa persona nos causa dolor, inseguridad e impotencia
Quiero ver algo que es mío (territorio) pero me lo impiden y no me queda más remedio que obedecer.
He sufrido la pérdida de algo que es mío (territorio)
Quiero atrapar algo (bocado) o a alguien con la vista:
“Estoy separado de los ojos de tal persona”.
“Lo he perdido de vista”.
“No veo más aquello que me gusta”.
“Ya no veo a la persona que amo”.
“Quiero atrapar a mi hijo con la vista”.
“Estoy a punto de no verlo, de llorar”.
Si se presentan picores, se añade la pérdida del placer de ver a alguien”.
“Quisiera volverlo a ver, pero eso no es posible”.
Otras veces, la conjuntivitis expresa enfado y frustración porque no podemos evitar presenciar algo que nos disgusta, que nos duele.
En estos casos, la conjuntivitis está asociada a frustraciones vividas con impotencia y con rabia.
“No soportar ver lo que se mira”.
“Estoy enfadado y frustrado con todo lo que estoy viendo”.
“Nadie me protege de lo que veo”. “Me miran y se burlan de mí”.
Conflicto de engaño o incesto: “Rápido, mi conyugue no puede ver esto”.
Conjuntivitis purulenta: No querer seguir viendo algo o alguien que es muy difícil para mí, algo sucio.
Conjuntivitis primaveral o estival: Separación en un contexto de contacto con la naturaleza.
Conflicto de visión sucia de algo relacionado con la sexualidad.
Pterigión: Este síntoma también conocido como “carnosidad en la parte blanca del ojo”, es un crecimiento de conjuntiva fibroso y vascularizado sobre la superficie de la córnea y se desarrolla tras un conflicto de “ataque real y separación visual”, (querer separarse del ataque).
El sentido biológico de la carnosidad es el de protección.
Simbólicamente, es como un “escudo protector” que viene a protegernos del ataque y separación que hemos sufrido, ya que no hemos podido hacerlo conscientemente.
Este síntoma aparece en la fase de reparación o solución (consciente o inconsciente) del conflicto.
“Nadie me protege de lo que veo. Mis ojos se meten bajo un ala protectora”.
En personas diestras, para los zurdos al revés:
Ojo izquierdo: Representa a mi entorno. Es el ojo de la defensa y del peligro, mira a lo lejos (para disparar).
Es el que dirige el movimiento e identifica a los enemigos.
«No me gusta la imagen que doy hacia los otros»
Ojo derecho: Me representa a mí y a los míos.
Es el ojo del reconocimiento y de la afectividad. Me permite ver el afecto que doy y el que recibo.
Relacionado con los hijos, la familia, los amigos y también con nuestra identidad.
«No me gusta la imagen que doy»
Recomendaciones para recuperar la salud física, emocional y espiritual:
¿Quién o qué te gustaría ver y no ves?
¿Qué te disgusta de lo que ves?
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