La relación de pareja cuando hay miedo a la TRAICIÓN

La relación de pareja cuando hay miedo a la traición: es difícil amar a alguien cuando se está centrado solo en sí mismo.

Las persona atrapada en la estructura de carácter desconfiado, en lugar de amar, utilizan al otro como medio para sustentar su propia existencia, se puede decir, que poseen un corazón egoísta.

El desconfiado se caracteriza por su incapacidad de amar, suele proyectar la imagen de ser una pareja íntima, una pareja perfecta, pero está interpretando un papel, hace como que quiere, buscando que le quieran a él.

La relación de pareja cuando hay miedo a la traición, cree que el amor es fruto de lo que logra, de lo que hace y tiene, en lugar de lo que es.

Como consecuencia de su frustración, tendrá muchas expectativas en relación a su pareja en la búsqueda de lo que «no» han recibido del progenitor del sexo opuesto.

Tiene miedo a la entrega emocional que supone el compromiso, dado que en su infancia comprobó que cuando está confiado y entregado es objeto de manipulación, de seducción y de anulación, ya que pierde su independencia en interés de la satisfacción de los deseos y las necesidades de otro y, por tanto, queda dependiendo de su voluntad.

Debido a ello mantiene un intenso conflicto con sus sentimientos, no quiere ser dominado por ellos y en su intento por lograr el control termina por negarlos.

Del mismo modo, también tiene miedo a comprometerse porque, evidentemente, todo compromiso puede romperse y eso es lo que le aterra, la separación posterior.

El hecho de separarse lo vive como una traición, tanto si la decisión proviene de él mismo (traidor) o de su pareja (traicionado).

La separación la vivirá como una derrota, ya que pone en evidencia la falta de control que ha ejercido en su relación.

Por este motivo, en momentos de deterioro de la relación tendrá serias dificultades para expresarle a su pareja la decisión de separarse.

En caso de desavenencias o conflictos en la relación, el desconfiado nunca reconocerá su parte de responsabilidad, sino que, por el contrario, tratará de demostrar que la responsabilidad y la culpa están en el otro.

Presionará, acusará y atacará a su pareja hasta lograr que esta «confiese» y aparezca como la «mala», alcanzando así una posición de poder.

Cuando lo haya logrado, entonces aparecerá y se mostrará como el salvador que viene a resolver la situación.

Con cierta frecuencia se da, inconscientemente, en algunos desconfiados hombres, el comportamiento de manipular y controlar a su cónyuge.

Atraerá parejas que sean codependiente y pasivas para así poderlas controlar y dominar, como la personalidad fraccionada, oral o masoquista.

Las personas que poseen estas estructuras siempre están soñando con un hombre atractivo, exitoso, fuerte, protector, es decir, absolutamente la apariencia de un desconfiado.

Por supuesto, no le resulta fácil aceptar que su pareja tenga más reconocimiento que él o sea una mujer fuerte e independiente Si así sucediera, entablaría una relación de competencia más que de compañera.

La mujer desconfiada será extremadamente seductora y se servirá de su atractivo y su sexualidad para manipular, dominar y atraer la admiración y la estima del hombre.

Siempre tiene la sospecha de que los hombres la engañan. Si se compromete y es fiel a un solo hombre, se tratará de alguien muy especial al cual admirará incondicionalmente.

Suele carecer de integridad: el individuo desconfiado es propenso a tener aventuras con otras personas e incurrir en la infidelidad a su pareja sin sentirse culpable.

Su ansia de amor y de admiración no se satisface con una persona sola; no obstante, mientras la siga amando, regresará siempre con su pareja estable.

Por el contrario, si se trata de una persona íntegra y es fiel, exigirá el mismo comportamiento a su pareja y se asegurará de que ella le ama incondicionalmente.

Por supuesto que esta exclusividad no será suficiente y no podrá apartar el miedo a la traición y los celos que siguen latentes en su interior y que le conducen a llevar un comportamiento obsesivo, dominante y posesivo con todo su ámbito familiar.

Elegirá, preferiblemente, personas que no destaquen demasiado en ningún aspecto para que no puedan competir con él.

Cree que, de esta manera, el otro reconocerá más fácilmente su influencia, su poder y, consecuentemente, tendrá asegurado que le ame y que no le traicione.

Por supuesto que aquí hago referencia al desconfiado que aún no ha alcanzado un nivel de consciencia elevado y está atrapado en la energía del ego.

El verdadero amor emana de la fuente, del alma y no del ego, que está contaminado por el miedo a la traición.

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Imagen:larevista.ec

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