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La comunicación con los demás tras la herida de RECHAZO: Como consecuencia de la separación entre el pensamiento y el sentimiento, el individuo con la herida de rechazo no puede tener una espontaneidad a la hora de comunicarse con los demás.
Como se puede suponer, se comunica por mediación del intelecto, solo desde la cabeza.
Al no poder reconocer su individualidad, tampoco puede reconocerla en los demás.
Debido a ello, el trato hacia su interlocutor es despersonalizado, preguntará «¿qué tal estamos?», en lugar de «¿cómo estás?».
Si se expresa, lo hará en términos absolutos.
En su vocabulario emplea algunas palabras muy características de la personalidad, como, por ejemplo, «inexistente».
El individuo con la herida de rechazo en lugar de indicar que tiene dificultades de comunicación con una persona, expresará que la comunicación es «inexistente».
Otra palabra muy habitual es «desaparecer».
«Quiero desaparecer de la faz de la tierra».
«Me gustaría desaparecer para siempre».
«Quiero que alguien desaparezca de mi vida».
Sus quejas, reproches o lamentos siempre están centrados en el miedo y en la ansiedad, como consecuencia otra palabra muy habitual en su vocabulario es «pánico»
«Me da pánico o siento pánico por esto o por lo otro».
No le gusta intervenir o dar su opinión si no ha sido solicitada, esto lo hace para impedir ser juzgado y para evitar la confrontación. Ambas cosas para él significan ser rechazado. (Extraído de mi libro La Tarea del Alma)
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