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El hígado es uno de los órganos más grandes del cuerpo humano y tiene la característica de que si le quitamos tres cuartas partes, seguimos vivos y es capaz de regenerarse.
Está encargado de múltiples funciones, participa en la digestión, en la composición de la sangre, produce y almacena energía y actúa como desintoxicante.
En la acupuntura tradicional china se cree que el hígado está vinculado a la ira.
El hígado, simbólicamente, es la “despensa” del cuerpo. Es el principal órgano de conservación de todos los alimentos, por eso, cuando tenemos hambre, el hígado comienza a funcionar más que de costumbre, para aprovechar todo lo que esté disponible.
El individuo enfermo del hígado siente un miedo profundo a carecer de lo esencial, de lo necesario o de lo que a él le parece indispensable para vivir, (alimentos, dinero, familia, afecto, reconocimiento, vacaciones, trabajo, etc.).
Se trata de un conflicto de falta, de pérdida, de carencia o de hambre muy arraigado.
También puede hacer referencia a una carencia de fe (“foi” en francés), de amor, reconocimiento… lo que consideramos esencial para la vida.
Problemas relacionados con los alimentos, con la comida, real o simbólica.
“Miedo profundo a no tener suficiente para comer (en la actualidad o en el futuro)”.
“Miedo a morir de hambre, (real o simbólico). Por falta de alimento, de dinero o porque “nadie me quiere”.
“Miedo a no atrapar el bocado vital”.
“Miedo a que alguien, a quien yo quiero, se case o viva o se vaya con un pobre muerto de hambre”.
“Alguien cercano a mí, se muere de hambre”.
Las desavenencias, los conflictos familiares irresueltos por cuestiones de repartos de bienes materiales, herencias, etc. también pueden llevar a una persona a padecer cáncer de hígado.
Otro conflicto posible, es el tener una familia conflictiva, en la que yo soy el salvador.
«Mi familia me come el hígado».
“Me tienen harto”.
Por lo tanto, las molestias en el hígado provienen de un bocado tóxico que nos hacen tragar sí o sí.
Intoxicación real (la quimioterapia me está envenenando) o simbólica (me engañan, me mienten…).
“Alguien quiere envenenarme (real o simbólico)”.
«Esta persona a mi lado me está matando, me intoxica».
Por lo tanto, yo debo crear «mucho hígado» para soportar situaciones difíciles y cotidianas.
Se puede producir metástasis a nivel del hígado por un cáncer de intestino. Cuando se manifiesta un cáncer de intestino delgado o del tubo digestivo se sabe que no van a llegar tantos nutrientes, debido a la obstrucción que se produce. Entonces el hígado tiene que estar preparado para, aprovechar al máximo, la escasez de alimentos que le van a llegar.
El hígado también se ve afectado cuando estamos atravesando por una situación complicada y difícil, de la que no vemos la manera de salir, sentimos la sensación de encontrarnos en un callejón sin salida.
Los excesos también pueden desencadenar graves patologías en el hígado: exceso de comida, de alcohol, de drogas, las ansias desmesuradas de expansión, las fantasías de grandeza, los ideales excesivamente ambiciosos, etc.
Cuando existe algún exceso es porque tenemos dificultades para valorar, ¿qué es beneficioso y qué es perjudicial?
El hígado está estrechamente relacionado con el tercer chakra, el que se centra en el poder y en el reconocimiento de la propia imagen e identidad.
La imagen que tenemos de nosotros mismos, o la que los demás nos devuelven, depende fundamentalmente de la energía del hígado.
Si nuestra imagen se ha visto afectada por alguna experiencia que hemos vivido y el mundo exterior no nos reconoce como nosotros desearíamos, esto a parte de hacernos perder la alegría, nos provoca una gran confusión y una falta de reconocimiento, ¿quién soy realmente?.
El hígado también tiene una tarea muy importante como es la gestión de nuestros sentimientos.
Las tensiones del hígado también pueden significar que nos resulta muy difícil aceptar nuestros sentimientos, nuestros propios afectos o aquellos que nos ofrecen los otros.
A veces se nos “revuelve el hígado” ante las preocupaciones, las agresiones o las injusticias que sufrimos y reaccionamos con una actitud de rebeldía que nos impide adaptarnos a la vida.
Infarto hepático: Obstrucción de la arteria hepática que lleva la sangre al hígado.
Conflicto de pérdida de territorio distal (lejano) en una tonalidad de falta o carencia.
Cáncer de hígado: Conflicto de falta o de carencia de afecto, dinero, alimento y familia (herencias).
Miedo arcaico biológico a la muerte por inanición, por no recibir alimento (el alimento es el bocado).
Conflicto de no ser capaz de alimentarnos o alimentar a aquellos de quienes nos sentimos responsables.
La presencia de un carcinoma de nódulo solitario en el hígado indica un conflicto de inanición por otra persona o animal, mientras que múltiples “focos redondos” expresan un conflicto por uno mismo.
Es muy importante tener en cuenta el transgeneracional y averiguar si han habido familiares que hayan fallecido por carencias o por miedo a carecer y hemos heredado este programa y lo estamos repitiendo.
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