El vínculo con la pareja en un individuo con la herida de HUMILLACIÓN

El vínculo con la pareja en un individuo con la herida MASOQUISTA.

Como el individuo de carácter masoquista está empeñado en hacer que la vida le resulte dura y penosa, no parará hasta encontrar a alguien que haga que esto se le manifieste y puede ser la pareja.

Normalmente, suele atraer a personas maliciosas e incluso violentas o, por el contrario, puede tratarse de alguien con un comportamiento, más o menos normal, pero en el que el masoquista proyectará su negatividad y hará que se sienta culpable de sus frustraciones, de su sufrimiento, de llevar una vida calamitosa.

Cualquier acción de su pareja servirá de excusa al masoquista para reprocharle su ingrato comportamiento, su egoísmo y su falta de amor y al mismo tiempo, tratará de demostrarle todo lo desgraciado que se siente por su culpa.

Si se trata de un masoquista-pasivo, afectado por el miedo, podemos observar determinadas formas de comportamiento encaminadas a hacer que su pareja se comporte como un verdugo.

Por ejemplo, ante cualquier situación conflictiva, se encerrará en sí mismo, reprimirá su enfado y se mostrará sumiso, amable y pasivo. Su eslogan podría ser:

«Yo seré bueno, seré sumiso y obediente tal y como tú quieres, y así me querrás».

Lo que el sienta, así como sus propias necesidades, es algo secundario, lo que pretende es chantajear a la pareja para que le quiera.

Se resigna por tener que renunciar a sí mismo y someterse a las imposiciones del otro, haciéndose el mártir, pero independientemente de lo que haga su pareja, el masoquista se sigue sintiendo aplastado, desgraciado y triste.

Esta actitud, poco a poco, le hace caer en un permanente estado depresivo, que le lleva a perder interés por la vida.

Tratará de satisfacer los deseos del otro, aunque no sea por generosidad, sino porque realmente no conoce cuáles son sus verdaderas necesidades y también para poner límites, dada su dificultad para decir NO.

El masoquista supone que debe recibir lo mismo que da, pero tarde o temprano, su deseo se verá insatisfecho.

Otra de las características en su convivencia de pareja es que tratará por todos los medios a su alcance de que el otro no sea feliz, esto no lo puede permitir, sería como otra humillación más hacia su persona.

Si él o ella están sufriendo, el otro no tiene derecho a la felicidad.

Por otra parte, en su convivencia, ante cualquier circunstancia, siempre probará colocar a su pareja ante la impotencia, intentando quitarle el poder en todo momento.

Con esta estrategia pretende lograr que nada cambie y descalificar a su pareja, hacerle cometer errores: «¿Ves?, tú tampoco puedes ayudarme. Yo no puedo, pero tú tampoco».

Si se trata de una persona masoquista-activo se mostrará siempre insatisfecho y malhumorado, expresará su enfado abiertamente y se encargará de hacerle reproches por todo y de echarle las culpas por cualquier motivo.

Haciendo uso de sus «dardos verbales» intentará sacar su agresividad hacia afuera y lo hará en los momentos en el que su pareja se encuentre más sensible, intentará provocarle y tratará de hacerle daño, allí donde al otro más le duele.

El masoquista intentará proyectar su negatividad en la pareja, se puede mostrar muy crítico y hasta violento con ella, a la que le reprochará que no le respete y que trate de impedirle que pueda vivir su vida con absoluta libertad.

Con esta crítica, motivada por la insatisfacción, lo que pretende el masoquista, es hacer que su pareja se sienta culpable o que trate de cambiar en su actitud.

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Imagen:dominiqueh.com

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