El cuerpo físico tras la herida de TRAICIÓN

El cuerpo físico tras la herida de traición: La estructura del desconfiado tiene un desarrollo corporal enfocado a exhibir fuerza y poder con el objetivo de imponerse y evitar así la traición.

Tiene una estructura morfológica en forma de V, caracterizada por un mayor desarrollo muscular del tórax, hombros, brazos y cuello, en contraste con una mitad inferior, abdomen, pelvis y piernas poco desarrolladas.

El cuerpo físico tras la herida de traición: la disposición de su cuerpo se asemeja a la de un adulto, mitad superior, y la de un adolescente, parte inferior.

En la mujer, las caderas, los glúteos, el vientre y los muslos son más anchos y fuertes que en los hombres. Suele denominarse cuerpo en forma de pera.

Sin embargo, puede suceder a la inversa, pero no es muy habitual.

Su cabeza está tensa y sobrecargada por el exceso de la actividad mental relacionada con el control y el dominio sobre las diversas situaciones.

Hay un exceso de tensión en la nuca como consecuencia del control sobre las emociones.

La cara, aunque generalmente suele ser atractiva, marcará rasgos duros y fríos.

Sus ojos están siempre en movimiento, observando con desconfianza y puede usarlos para mantener alejado a los otros o para examinar de una forma amenazadora a alguien y así protegerse para que no se descubra su inseguridad.

Su mirada es examinadora y puede ver enseguida todo lo que sucede a su alrededor.

Sin embargo, a la hora de persuadir, se puede transformar en una mirada agradable acompañada de una sonrisa seductora que hará sentirse especial e importante a cualquier persona.

La mandíbula estará bien desarrollada, al igual que sus pómulos.

Las nalgas son duras y tensas.

Como es bien sabido, es esta zona la que se apoya en el trono, donde se sitúa nuestro poder.

Por el contrario, la tensión es sinónimo de miedo, el miedo inquietante sobre las expectativas de futuro, sobre el que no tenemos control.

Las piernas son poco robustas, pero ágiles.

Los músculos no son voluminosos, pero sí están desarrollados.

El pie suele tener un empeine elevado, característica que le proporcionará gran ventaja para la marcha, la carrera y el salto.

Carecen de arraigo a la tierra.

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