ANO, emociones que le afectan

El ano es el orificio terminal del tubo digestivo, también en el plano psicológico representa la culminación de una idea, de una relación o la terminación de un proceso cualquiera. 

A través de él liberamos todo lo que ya no nos sirve, lo que nos sobra o puede ser tóxico.

También, y sobre todo, es la parte más sensible sobre la que reposamos (sobre la que nos sentamos), y de donde vienen la mayoría de sus conflictos.

Generalmente, todas las afecciones en el ano tienen relación con la vida afectiva, por eso deberemos revisar la vida sentimental, amorosa de la persona.

A nivel biológico sabemos, por ejemplo, que los animales lo primero que hacen cuando se encuentran es olerse el ano.

Esto no es casual,  ya que con este acto los animales saben la identidad del otro, su sexo, estado hormonal, etc.

“No sé quién soy, no sé qué identidad tengo”.

Por otro lado, se sabe que las heces son una forma de marcaje de territorio en el reino animal (cuidado que en este territorio defeco yo), y para los humanos inconscientemente también lo es.

“Este es mi sitio, donde yo me siento“.

Si yo presento cualquier síntoma en el ano me quiere decir que he vivido o estoy viviendo un conflicto de separación vinculado con mi identidad o con el lugar que yo ocupo en mi territorio. 

“No encuentro mi lugar»,

“Desconozco qué lugar me corresponde en mí familia, pareja, casa, trabajo, etc., y eso me provoca una gran inseguridad”,

“No sé quién soy, no sé qué identidad tengo”

¿Dónde está mi lugar, dónde pongo el culo?

“No he encontrado mi lugar, no sé qué lugar me corresponde”, “No me dan el lugar que me corresponde.

He perdido mi lugar”,

“No sé a dónde voy, no sé por cuál camino decidirme”,

“Me siento apartado, no encuentro mi sitio”

Por otra parte, el malestar en el ano también me habla de que me siento culpable porque quiero terminar con algo, una relación, un trabajo o cualquier otra cosa, pero no termino de realizarlo, no encuentro una buena salida y prefiero “sentarme” en él, no hacerle caso, a pesar del dolor que me provoca.

Asimismo, me puede indicar que me encuentro muy enfadado porque tengo muchas responsabilidades u obligaciones, demasiadas cosas para gestionar y quiero deshacerme de todo eso, pero no sé como liberarme y estoy muy estresado.

“No soporto más hacer esto”

Del mismo modo, puedo tener problemas en el ano cuando tengo cólera y culpabilidad hacia mí mismo porque reconozco que no me he comportado bien, honestamente, que no he sido “limpio” en mi manera de actuar.

Prolapso anal o rectal: se trata de la protrusión del recto que sale a través del ano y se puede ver su mucosa.

Me muestra la necesidad que tengo de eliminar un bocado tóxico, una guarrada que me han hecho y que quiero que salga a la luz, que se sepa y sea vista por todos.

También me habla acerca de una situación de separación o de pérdida relacionada con un territorio (real o simbólico).

O, quizás, se refiere a una falta de identidad, de identificación o del lugar que yo ocupo en ese territorio.

“Es imposible encontrar mi lugar en esta familia y esto me hace sentir cólera”,

“Tengo la sensación de que me han “expulsado” de mi territorio, casa, trabajo, equipo, etc.”,

“Me siento rechazado y siento rabia por no poder afirmar mi identidad”,

“Estoy imposibilitado para encontrar mi sitio”

Dolores agudos: cuando se trata de un dolor agudo en el ano me informa que he vivido una  ruptura muy fuerte  con alguien y rechazo cualquier tipo de contacto con ella.

Prurito anal: este síntoma me avisa que me aferro a sucesos desagradables y dolorosos del pasado y, por consiguiente, me cuesta “soltar” o dejar marchar.

“No soy capaz de soltar y perdonar”

El prurito también me advierte que estoy separado de mi propia identidad, posiblemente debido a “guarradas” que yo mismo me hago.

“No me acepto”,

“Me siento separado de mi caca, de mi identidad, de mi yo, de manera injusta”

Absceso anal: El pus recoge lo malo o perjudicial acumulado en una zona de nuestro cuerpo para poder expulsarlo.

Siempre se trata de ira o rabia acumulada por un proceso en el que no podemos soltar y o dejar marchar algo.

Es posible que esté enfadado conmigo mismo porque no quiero “evacuar”, ceder ante algo o alguien.

Incluso puedo querer vengarme de alguien que me produce repugnancia, frustración e irritabilidad y al que  me niego a perdonar.

Cáncer en el ano: se trata de un conflicto muy intenso  que he vivido en el que siento que he perdido o me he sentido separado de mi identidad, de mí mismo o, tal vez, percibo que no soy reconocido o que no me dan mi sitio.

Por ejemplo, si mi padre no quiere reconocerme como su hijo.

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