A través del ombligo recibimos el alimento esencial para nuestro crecimiento y supervivencia cuando estábamos en el vientre de nuestra madre.
De esta forma, una dolencia en este nivel puede advertirnos de algo que es de vital necesidad para nosotros y que no recibimos o, al contrario, algo que quisiéramos expulsar porque ya no nos sirve, no lo necesitamos o recibimos en excesiva cantidad y puede que ya no sea beneficioso para nosotros.
Los problemas en esta parte de nuestro cuerpo nos indican que estamos viviendo un conflicto emocional relacionado con un bocado tóxico, sucio y que deseamos deshacernos de él cuanto antes.
Se refiere a una persona o una situación que nos desespera y queremos eliminarla, evacuarla, borrarla de nuestra vida.
Casi siempre se trata de vivencias que tienen que ver con nuestra madre (real o simbólica), ya que el ombligo representa el primer vínculo de unión con ella.
La mayoría de las veces, se corresponde con una madre sobre protectora, castrante, que nos coarta la libertad y queremos cortar simbólicamente el cordón umbilical, es decir, queremos independizarnos definitivamente de ese contacto tóxico.
“Me siento incapaz de alejarme de mi madre”, “Mi madre no me deja salir, tener pareja o no me permite casarme”, “No quiero que mis hijos se alejen, se vayan a otro lugar”
A través del ombligo también podemos querer deshacernos de cosas tóxicas, por ejemplo, del alcohol, dejar de tomar, acabar con el alcoholismo o con cualquier otra sustancia tóxica.
En otros casos, se corresponde con dificultades en la relación con algún hijo con el que mantenemos diferencias, disputas, discusiones constantes y estamos tan hartos que ya no aguantamos más.
Por otra parte, las dolencias en esta zona pueden tener su origen en vivencias irresueltas relacionadas con el clan.
Por ejemplo, hijos que se consideran que están “de más” o que sobran en la familia, aquel hijo inesperado que no fue bienvenido por ser considerado una carga y la madre quiso abortarlo.
Si se produce sangrado me indica que quiero sacar a alguien sucio de mi familia fuera.
Los problemas en este lugar también me hablan de que debo abrirme más a los otros en vez de quedarme centrado solo en mí, mirándome el ombligo.
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