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Cómo empleo estos conocimientos para sanarme:
Llegado a este momento el lector o la persona enferma, después de tantas reflexiones encaminadas a comprender el mensaje de los síntomas, podría preguntarse:
“¿Y ahora cómo empleo todos estos conocimientos para sanarme?” ¿Qué tengo que hacer?
Basándome en mi propia experiencia la respuesta sería estar alerta, prestar atención, aprender a ver, en definitiva, estar consciente.
No se trata de hacer nada, de cambiar nada o de intentar ser mejor persona, sólo ser consciente del síntoma para conocernos a nosotros mismos.
Cómo empleo estos conocimientos para sanarme: conocerse a sí mismo no significa conocer el yo, el ego. El yo inferior o ego es al Yo Superior o Ser, lo que un árbol es al bosque.
El ser humano es mucho más de lo que se cree. Es un microcosmos que contiene todos los principios de la existencia, es como una gota de agua al océano.
Por eso, cuando un síntoma se manifiesta en nuestro cuerpo, nuestra primera actitud ha de ser la aceptación del síntoma, aprender a quererlo. Ya que nos muestra un principio que nos falta, que está en nuestro subconsciente y que necesitamos integrar para estar sanos, para estar completos y alcanzar la Unidad.
Todo síntoma manifiesta una cara oculta de nosotros mismos, un aspecto negativo, que nosotros hemos rechazado por su naturaleza dolorosa y que aparece de nuevo cuando la circunstancia es idónea para que lo aceptemos y lo hagamos formar parte de nosotros mismos.
Si no lo aceptamos, si no lo queremos tener, si juzgamos “esto es malo, es injusto o es una contrariedad”, si rápidamente queremos tomar un remedio para que desaparezca, para que lo elimine, el principio manifestado se ocultará y se esconderá de nuevo en el subconsciente.
Así que cuando aceptamos un síntoma, es decir, cuando no le oponemos resistencia, y tomamos conciencia de él nos transformamos y, al mismo tiempo estamos transformando el proceso de enfermedad en proceso de salud.
No hay nada más que hacer; con verlo, con observarlo cada vez con más atención, es suficiente.
Lo único que necesitamos es ser conscientes de lo que el síntoma nos expresa y con esa conciencia empieza a desaparecer.
Como podrán comprobar, los que quieran emprender el camino del auto-conocimiento la mayoría de los síntomas desaparecen “misteriosamente”, cuando se toma conciencia de ellos.
Si el síntoma se manifestó porque fuimos inconscientes, en cuanto lo vemos, en cuanto lo observamos y lo aceptamos se produce un cambio radical.
Es como la oscuridad que desaparece misteriosamente cuando aparece la luz.
Como ya mencioné en el prólogo, sólo hablo del plano esencial de la enfermedad y, por supuesto, esto no excluye que se tomen medidas funcionales, del tipo que sean, si fueran necesarias.
Todas las opciones son válidas si se hacen conscientemente.
Cómo empleo estos conocimientos para sanarme, pero sigo insistiendo, porque mi experiencia así me lo ha demostrado, que la curación sólo puede realizarse en la mente.
Si alguien cree que por haber sido operado ya no necesita ocuparse del trasfondo mental está en un error y la vida se encargará de demostrárselo con otra nueva lección cuando menos se lo espere y, casi con toda seguridad, con mayor virulencia que la vez anterior.
Debemos reconocer, como seres espirituales que somos, que el ego que vive en la ilusión de la separación, de la polaridad, nos pone enfermos.
Para acceder a la salud debemos recorrer el camino que va desde el yo inferior al Yo Superior, desde la polaridad y la separación a la Unidad y al Amor, en ese camino, cualquier síntoma es un amigo y maestro.
Joman Romero
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