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Los calambres son una contractura más o menos breve y dolorosa de uno o varios músculos.
Pocas son las personas que no hayan sufrido alguna vez un calambre en los pies o las pantorrillas.
También se pueden producir calambres en el estómago, en el intestino e incluso en las manos.
La función de los calambres es el intento de completar un movimiento muscular imprescindible, que no se ha conseguido o no se ha realizado eficazmente.
Esfuerzo prolongado o que debe hacerse forzosamente, en esa zona. Exceso de carga por abandono de la estabilidad normal.
Noción de culpa que asociamos a la intensidad del dolor.
Contrariedad en movimientos.
El calambre nos “impide” el movimiento y nos obliga a parar.
“Necesito hacer alguna cosa, actuar, jugar, moverme de algún modo, pero me lo impiden”.
Cuando los calambres afectan a la musculatura voluntaria, se trata de impedimentos debido al exterior (a los demás).
Tener que realizar un movimiento de forma forzada, contra nuestra voluntad.
“Quiero estar tranquilo pero me obligan a hacer cosas, que si arregla tu habitación, que baja a la tienda y cualquier cosa que se les ocurra”.
¿Qué o quién nos hace sentirnos limitados o impedidos en la acción?
Cuando el calambre se produce en la musculatura involuntaria, el impedimento es debido al interior (uno mismo).
Aferrarse a algo o alguien que no queremos soltar.
Conflicto de ser híper-competente. Auto-exigirse mucho por ello. Frecuentemente relacionada con tensión en la acción tomada o por tomar.
Estamos viviendo con una tensión excesiva la cual nos resulta muy difícil de soportar, ¿en qué aspecto de nuestra vida sufrimos tensión, estamos cometiendo excesos y queremos ir demasiado rápido?
Podemos estar padeciendo un gran sentimiento de impotencia que no podemos expresar.
Calambres en las pantorrillas: Calambres en la parte posterior de la pierna formada por los músculos gemelos y el sóleo.
Conflicto de impotencia. “No puedo seguir avanzando, pero debo hacerlo a toda costa”.
Por ejemplo, en el deporte cuando ya nos rendimos o nos retiramos pero, sin embargo, debemos seguir a la fuerza con la competición (hasta que alguien, quizás el árbitro, pite el final).
Calambres nocturnos: Reflejo de una necesidad o voluntad de escapar que negamos o frenamos durante el día.
¿De qué o de quien queremos escapar, huir?.
Recomendaciones para recuperar la salud física, emocional y espiritual:
El cuerpo nos avisa para que nos detengamos un momento, reflexionemos, nos relajemos y retomemos los movimientos lentamente.
Aprovecharemos para encontrar cuál es la emoción “culpable” que nos provoca el calambre.
La parte del cuerpo afectada nos dará más información al respecto.
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Imagen:elcomercio.pe