
Los vértigos son una sensación alucinatoria de movimiento de los objetos que nos rodean o de nuestro propio cuerpo, por lo común, una sensación de giro.
El sentido biológico del vértigo es impedir un movimiento que nos da miedo.
Si tengo vértigo, mareos o pérdida del equilibrio, lo que me ocurre es que estoy viviendo una situación de estrés muy grande debido a que: no tengo el control, sobre mis movimientos, sobre lo que pasa a mi alrededor, sobre lo que debo hacer, etc.
Puede hacer referencia a oír o no oír, a ver o no ver, a hacer o no hacer un movimiento, etc. Este movimiento puede estar relacionado con miedo a caerme o que se me caiga o se me venga abajo algo, trabajo, proyecto, matrimonio, familia, pareja, etc.
Cuando una persona manifiesta síntomas de vértigo, ha de observar qué hecho en su vida está representando un cambio radical al modo de vida que llevaba.
O bien, qué cambio en su vida, se aproxima y ella se niega a aceptar. Dicho cambio u opción de cambio lo vive con sufrimiento, aunque las personas de su alrededor, no lo saben, porque se trata de personas muy hábiles para decir y demostrarles a los demás que están bien o que el cambio les ha sentado o sentará muy bien, pero están mintiendo.
Son incapaces de mostrar a los demás, lo que en verdad sienten, lo mucho que les duele un cambio, lo mal que lo pasan con dicho cambio.
“Vivo un cambio que me es triste”.
“Vivo un cambio que me es desagradable”.
“Este cambio me duele pero no lo demuestro”.
“Me siento al borde del abismo”.
“Viene un cambio que no quiero”.
“Odio este cambio pero me callo”.
“No estoy o no estaba listo para esto”.
“No me esperaba esto, no lo acepto, no lo quiero”.
“Esto no es para mí, esto no es lo mío”.
“No disfruto esta nueva vida, quiero mi pasado”.
Del mismo modo, también pueden producirse vértigos cuando alguien se encuentra viviendo una situación que los hace parecer “inestables” ante los demás.
Asimismo, la angustia ante la idea de tomar una decisión que nos haga enfrentar a lo desconocido, nos puede provocar vértigos más o menos pronunciados. Expresan nuestro deseo de querer controlarlo todo, tanto lo que sucede en nuestro interior como en el exterior pero, al no ser posible nos volvemos inestables y ansiosos.
O miedo al futuro: “frente a nosotros está la nada, y ¡estamos obligados a avanzar! Podemos tener la sensación de que una situación evoluciona demasiado rápido para nosotros y tenemos miedo de los cambios que traerá a nuestra vida.
Oído interno: “No soportamos oír una cosa”.
Falta de referencias (puede tratarse del padre). “He perdido mis referencias”.
Es como si no tuviera referencia para dirigirme y por lo tanto puedo tener la impresión que “mi padre”, o el que representa la autoridad, está ausente o que debería ayudarme más en cuanto a las direcciones que deseo tomar.
Asimismo, los vértigos me advierten de un conflicto de pérdida de mi espacio vital. “Parece que nunca estoy donde el mundo quisiera que yo estuviera”.
Conflicto de accidente con muerte en la familia.
Vértigo común (paroxístico posicional benigno): “Debo cambiar drásticamente mi vida (trayectoria de vida) si no quiero morir aquí”.
Vértigos centrales: Conflicto de posición (mi posición) junto a conflictos de mancha y protección.
Vértigos periféricos: Conflicto verbal y de puntos de referencia. Conflicto de miedo al futuro.
Conflicto en relación a la motricidad de las piernas (pérdida de referencias). Falta de referencias (puede tratarse del padre). “He perdido mis referencias”.
Es como si no tuviera referencia para dirigirme y por lo tanto puedo tener la impresión que “mi padre”, o el que representa la autoridad, está ausente o que debería ayudarme más en cuanto a las direcciones que deseo tomar.
En definitiva, se puede decir, que toda sensación de vértigo se debe a una falta de coherencia entre lo que la persona siente y vive y lo que dice y hace.
Las personas con vértigo, son obstinadas, se niegan a mirar hacia el futuro con optimismo, se niegan a ver lo bonito y lo positivo que pueden aportar a su vida dichos cambios, piensan y repiensan las opciones de dichos cambios y como no les agradan, los sufren.
He de averiguar si este programa de miedo a caerme o a que se me caiga algo es mío o lo he heredado en el Proyecto Sentido de mis padres.
O, tal vez, fui programado por un ancestro con el cual tengo afinidad.
He de buscar historias relacionadas con grandes caídas (trabajo, proyectos, casa, etc. que pudo haber afectado a toda la familia.
Del mismo modo, puede referirse a caídas físicas que han ocasionado la muerte de alguien y que supuso un gran dolor en el clan.
Recomendaciones para recuperar la salud física, emocional y espiritual: Estas personas necesitan aceptar, disfrutar y agradecer todo nuevo cambio que se manifiesta en su vida; considerándolo como un nuevo reto y oportunidad que se le presenta para hacer cosas diferentes, para aprender y evolucionar.
Si desea conocer más acerca del origen emocional de las enfermedades o saber sobre el propósito del alma puede adquirir mis libros haciendo clic sobre el enlace de Amazon: