La relación que mantenemos con la comida es un fiel reflejo de la relación que tuvimos con nuestra madre cuando fuimos amamantados. El bebé asocia desde el principio las ideas de comida y amor.
Tengo la necesidad del amor de mi madre, pero su amor es demasiado opresivo, demasiado aterrador.
Mejor, vomito a mi madre, no necesito sus cuidados, puedo cuidarme sola.
La bulimia se desarrolla tras un conflicto de mamá tóxica, fría, o separación de la mamá.
Cuando una madre tiene emociones tóxicas durante la lactancia la leche se agria y el bebé se alimenta tóxicamente.
Por otra parte, una pérdida durante la etapa lactante que la madre pueda vivir como una separación muy fuerte (como la muerte de alguien muy cercano) puede provocar el destete abrupto del bebé.
También cuando la madre queda embarazada de nuevo durante la lactancia y deja de alimentar al primero para alimentar al segundo, teniendo la sensación de que le da al nuevo lo que debía ser del primero.
El segundo bebé es el que puede desarrollar la sensación de no ser alimentado, de que la madre no le da alimento suficientemente “cálido”.
“Quiero seguridad de mamá y lo que me da es angustia e inseguridad.”
“Lo que me da mamá es lo que no quiero” (por eso lo vuelvo a sacar)”.
“Me gustaría que el afecto que me da mi madre fuese diferente”.
En definitiva, ante este dilema busca un sustitutivo físico atiborrándose de comida de manera precipitada y excesiva, hasta tal punto, que necesita vomitar para seguir comiendo.
El bulímico/a intenta controlar sus angustias a través de la comida.
La persona con bulimia cuando sufre una tensión, cuando tiene una carencia o se siente frustrado, cuando siente miedo e inseguridad, siempre recurre a la comida.
Es como si quisiera regresar, inconscientemente, a los momentos de su infancia cuando los brazos de su madre le proporcionaban todo.
“En el fondo estoy ansiosa y quiero esconderlo”.
“Siento un gran vacío en mi interior y mucha angustia, así que como para colmar ese vacío, que nunca se llena”.
“Nadie me comprende, me siento sola”.
“Temo no tener el afecto de los demás”.
Conflicto con la sexualidad: “la sexualidad me da miedo, no quiero hablar de ese tema”.
Si en la vida actual, la persona que tiene este síntoma, no ha vivido estas experiencias con su madre, sin duda alguna a de analizar su árbol genealógico.
La mayoría de las veces, el origen de la bulimia se encuentra en programas heredados de sus ancestros, abuelas, bisabuelas y tatarabuelas.
Deberá buscar historias muy graves entre madre e hija/o, relacionadas con malos tratos, rechazos, repudios, abusos o violaciones, etc.
Recomendaciones para recuperar la salud física, emocional y espiritual:
En los momentos de crisis la persona con bulimia ha de tomar conciencia que lo que pretende es corregir el desequilibrio entre la necesidad de su madre, el miedo a ser abandonado/a y el rechazo de aquella.
Han de dejar atrás conscientemente la infancia y la juventud y volverse adultos.
Pero fundamentalmente lo que necesitan es aceptar su principio femenino y aceptarse como ser sexual. El amor y la aceptación incondicional son imprescindibles.
Si desea conocer más acerca del origen emocional de las enfermedades o saber sobre el propósito del alma puede adquirir mis libros haciendo clic sobre el enlace de Amazon:
Imagen: recursosdeautoayuda.com