La artrosis afecta a las articulaciones y se caracteriza por una degradación y por un desgaste continuo de los cartílagos.
La articulación no presenta signos inflamatorios, pero está limitada para realizar algunos movimientos y pude romperse.
En el aspecto emocional, existe un gran parecido a la artritis, pero se diferencia en que el afectado tiene expectativas muy altas de otras personas, no reconoce su parte y su responsabilidad en los problemas.
Siempre es culpa de los demás, nunca de uno mismo.
Si estoy afectado de artrosis me quiere expresar que estoy viviendo permanentemente con ira y rencor hacia los demás y más concretamente, hacia algunos miembros de mi familia.
Seguramente soy una persona orgullosa y pienso que soy perfecto y que los demás deberían complacerme siempre, prestarme atención, cuidarme y amarme.
Soy demasiado egoísta y siento que me merezco que los otros estén pendientes de mí constantemente.
Cuando esta circunstancia no se cumple, por ejemplo, si yo tengo alguna carencia o me ocurre algo, me hace enfadar muchísimo y culpo a todo el mundo de lo que me pasa, porque no están cumpliendo el compromiso que yo exijo que deberían tener conmigo,
“Tengo mi jardín descuidado es culpa de mi hijo porque no vino a arreglarlo como hace todos los años”
“La casa está desordenada y sucia es culpa de mi esposa que se pasa todo el día viendo la televisión”
“Hace tiempo que no veo a mis nietos, es culpa de mi hija que no los trae a mi casa para que esté con ellos”,
“No puedo salir a pasear porque mis hijos no vienen a ayudarme”
Por lo tanto, el afectado de artrosis piensa que todo lo que le sucede la culpa es de los demás y él no tengo ninguna responsabilidad porque se cree que es perfecto y que su comportamiento es intachable.
Asimismo, la artrosis me habla acerca de una desvalorización respecto a algún gesto que hice mal o que no he podido realizar.
Puede tratarse de algún gesto que estoy haciendo hace mucho tiempo y que no puedo creer que yo siga haciendo esto que no me interesa, que no es bueno para mí, pero que no soy capaz de cambiar.
O, tal vez, se trata de un gesto que estoy postergando en el tiempo y que no hago.
¿Cuál es el gesto que no puedo llevar a cabo?
“Siento que tendría que haber hecho las cosas de otra manera y así haber evitado que me ocurriera lo que me ha pasado”,
“Quisiera que mis gestos fueran suaves y fluidos”.
La artrosis está vinculada con el envejecimiento y las personas que la padecen sufren sobre todo al realizar movimientos, después de haber estado en reposo.
Las personas afectadas suelen ser de carácter rígido, muy aferradas a sus convicciones y a sus creencias y que, por consiguiente tienen mucho miedo al movimiento, al cambio.
De ahí que sean principalmente personas mayores, ya que de todos es sabido que, según avanza la edad, nos hacemos menos flexibles.
Es importante el lugar donde está ubicada la artrosis para saber exactamente el origen del conflicto.
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