La actitud de la estructtura o personalidad masoquista es la de proyectar en cualquier situación de la vida presente las memorias de control, sometimiento y abusos de poder sufridos en otras vidas y que han sido rememorados en su infancia a través de una madre dominante y posesiva.
Como consecuencia de semejantes vivencias, alberga y alimenta en su inconsciente sentimientos de cólera, rabia, resentimiento e impotencia que motivarán una falta de responsabilidad sobre sí mismo.
Como resultado, el individuo de personalidad masoquista se transformará en una persona que se quejará constantemente por todo lo que le ocurre y tratará de culpar y de justificar que su sufrimiento y sus desgracias provienen de los demás o de una vida (a la que se resiste) dura e injusta, que no tiene compasión alguna con él.
El mundo físico le parece una prisión en la que el autogobierno no está permitido.
Carece de libertad para disponer de sí mismo. Tiene miedo de tomar decisiones por su cuenta, de actuar motu proprio.
Le resulta muy difícil contactar y materializar sus propios deseos y necesidades.
Sin embargo, siempre está dispuesto a ayudar a los demás a que cumplan sus expectativas, es decir, hace por los demás lo que no hace para sí mismo.
Cuando tiene que realizar alguna actividad, prefiere hacerla en compañía de alguien, por el miedo a hacerlo solo.
El miedo a actuar le mantiene en una actitud pasiva que le condena a vivir en las profundidades del interior; en su deseo por salir opta por agarrarse a los que están cerca y así involucrarlos en su salida.
Es como un ruego indirecto para que le concedan el permiso de disfrutar de su libertad, de salir del pozo donde se encuentra.
Aunque esta conducta refleja la situación de dependencia en la que vive, volviendo de nuevo a sentirse controlado por los demás.
Mantiene una actitud crítica en general, propenso a la calumnia y al sabotaje.
Tiene tendencia a la envidia, fundamentalmente de aquellas personas que muestran signos evidentes de alegría y felicidad.
Se siente atraído fuertemente por la negatividad.
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